Ansiedad
La ansiedad es una reacción que se activa ante una amenaza o un peligro. La ansiedad se convierte en trastorno de ansiedad cuando esta reacción se activa en situaciones habitualmente no amenzantes/peligrosas o de manera persistente, hasta el punto que interfiere de manera importante en la vida diaria.
Los trastornos de ansiedad se caracterizan por presentar un miedo o ansiedad intensa y/o una preocupación excesiva. Estos trastornos generan un importante malestar y afectan al funcionamiento habitual de la persona tenga la edad que tenga (ya sea de cara a la relación con la familia o amistades, o en el rendimiento en el colegio o en el trabajo). En función de cuál sea el foco principal del miedo y/o la preocupación se habla de un trastorno u otro.
Trastorno de ansiedad por separación. En este tipo de trastorno normalmente hablamos de un menor que tiene un miedo intenso de separarse de las personas que le cuidan por temor a que les pase algo y no las vuelva a ver.
Fobia específica. Cuando una persona tiene un miedo intenso a un objeto o situación precisa (inyecciones, avión, alturas, insectos, etc.). Si la persona tiene miedo intenso a situaciones sociales (mantener una conversación, ser observado o actuar ante otras personas, etc.) se le llama trastorno de ansiedad (o fobia social).
Trastorno de pánico. El ataque de pánico se define como un episodio de ansiedad repentino e intenso que se acompaña de sensaciones físicas desagradables (palpitaciones, sensación de ahogo, mareos,…) y de pensamientos que suelen ser catastróficos (miedo a perder el control o a morirse, entre otros).
Agorafobia. La persona tiene de forma habitual miedo a sentir sensaciones de ansiedad (de que el corazón le vaya rápido o de sudar mucho) cuando está en algunas situaciones, por si no puede marcharse o pedir ayuda si lo necesita. A consecuencia de esto, la persona suele evitar estas situaciones como coger el transporte público, ir a un concierto o a un restaurante con mucha gente.
Trastorno de ansiedad generalizada. Cuando una persona se preocupa todo el tiempo por diversas razones de la que no está cociente, hasta el punto de que estas preocupaciones afectan al sueño, la capacidad de concentración o la persona se siente muy tensa o fatigada.